Para explicar cuál es el origen del perfume tenemos que comenzar por hablar de la propia palabra perfume, que viene de las palabras latinas per, que significa producir, y fumare, que significa humo, un término que indica los olores que desprendía el humo y que se usaban para aromatizar.
Los primeros datos sobre la elaboración de fragancias que se pueden considerar como perfumes nos llevan hasta Egipto, aunque más adelante el arte de su elaboración fue desarrollado por los árabes y los romanos.
La historia del origen del perfume
El perfume que conocemos para nuestro uso corporal, surgió durante la época del Renacimiento y sobre todo en Francia, a mediados del siglo XIV se comenzaron a cultivar flores para su elaboración, y con el tiempo, se comenzaron a crear laboratorios de perfumistas dedicados en exclusiva a elaborar y vender sus propias fragancias, a petición de sus clientes.
Poco a poco se extendió el consumo de este tipo de productos, denominados aguas de olor, y en concreto, los reyes de Francia Luis XIV y Luis XV, fueron sus principales consumidores.
Los primeros datos sobre la elaboración de fragancias que se pueden considerar como perfumes nos llevan hasta Egipto, aunque más adelante el arte de su elaboración fue desarrollado por los árabes y los romanos.
El perfume que conocemos para nuestro uso corporal, surgió durante la época del Renacimiento y sobre todo en Francia, a mediados del siglo XIV se comenzaron a cultivar flores para su elaboración, y con el tiempo, se comenzaron a crear laboratorios de perfumistas dedicados en exclusiva a elaborar y vender sus propias fragancias, a petición de sus clientes.
Poco a poco se extendió el consumo de este tipo de productos, denominados aguas de olor, y en concreto, los reyes de Francia Luis XIV y Luis XV, fueron sus principales consumidores.
En realidad se dice que este tipo de fragancias se utilizaba como remedio para tapar los malos olores que eran consecuencia de la falta de higiene característica de la época.
La Revolución Francesa provocó que se estancara este mercado en auge, pero debido a la gran afluencia de nobles, o más bien de sus cabezas perfumadas, en la temida guillotina, se creó una nueva fragancia con el nombre de Guillotine que se vendía entre las revolucionarias.
Cuando Napoleón subió al trono, comenzó lo que se puede denominar una nueva era para los perfumes, debido a que era un gran aficionado a estas fragancias.
Desde ese momento el oficio de los perfumes creció con gran impulso y se convirtió con el tiempo en una industria que mueve cantidades asombrosas de dinero.
El origen del perfume y su evolución
A principios del siglo pasado, en los años 20 cuando se desarrollaba la Belle Epoque, los perfumes comenzaron a crearse como un elemento de lujo, y se comienzan a utilizar aldehídos en las fragancias para aportar frescura y dinamismo a los perfumes.
A partir de los años 30 comienzan a nacer aromas denominados cuero, y que recuerdan ese olor. Es Christian Dior el que lanza los primeros perfumes de alta costura que identifican a la marca.
Ya en los años 50 los perfumes franceses están en lo más alto con todos los grandes diseñadores de moda, entre los que destacamos Chanel y Lanvin, centrándose en los perfumes. Surgen entonces las aguas de colonia masculinas.
Además comienza a bajar el precio de este preciado artículo y a ser por tanto más asequibles. Y comienzan a crearse algunas fragancias más suaves y fáciles de llevar, apareciendo además los perfumes masculinos, en los productos de afeitado, con aromas de lavanda y vetiver.
A partir de los años 60 el aroma de pachulí invade los ambientes, aunque los diseñadores de alta costura no lo adoptan como una de sus notas principales.
Comienzan a surgir las aguas frescas que son más suaves y menos densas que los perfumes.
Ya en los años 70 comienzan a surgir los perfumes conceptuales, para mujeres sofisticadas, provocadoras, naturales, románticas, etc., y comienzan a surgir los primeros perfumes masculinos propiamente dichos.
La evolución de los siguientes años es a unos aromas más fuertes, característicos del estilo de los yupis, y comienzan a aparecer fragancias afrutadas con origen en Estados Unidos tanto para hombre como para mujer.
A finales de los 90 encontramos fragancias que nos llevan a recuerdos de la infancias, más dulces, con vainilla, caramelo y leche entre sus notas más características, y también los perfumes con notas acuáticas, marinos, naturales y vegetales.
En la actualidad el perfume se ha enriquecido enormemente incluyendo productos químicos que permiten mantenerlos en su mejor estado más tiempo, y consiguiendo olores imposibles de la naturaleza.
Las nuevas tecnologías también llegan a este mundo artesanal y consiguen que evolucione a pasos agigantados ofreciéndonos fragancias cada vez más originales y especiales.
Una industria que no solo le da importancia al olor, a la fragancia en si, sino que todo lo que la envuelve es de vital importancia: el frasco, el nombre, el envoltorio, la publicidad.